‘El pájaro de fuego’ es un ballet de 1910 de Igor Stravinski basado en historias folclóricas rusas sobre el ave mágica de brillo intenso (el Zhar-Ptitsa o pájaro de fuego) que es tanto una bendición como una maldición para su captor.
El Príncipe Iván, para salvar su reino del poder maligno de un ser llamado Kastchey el Immortal, se adentró en el jardín encantado donde este tenía cautiva una princesa y petrificado todo aquel que había osado penetrar en sus dominios. De repente, aparece el pájaro de fuego. El príncipe consigue capturarlo, sin embargo, conmovido por las súplicas que este le dirige, accede a liberarlo.
El pájaro, como agradecimiento, le entrega una de sus plumas y le asegura que le servirá de protección y de ayuda. Poco después, el príncipe descubre la bella princesa Zarevna y se enamora. Pero Iván comprueba que se encuentra hechizada por Kastchey... por lo que decide seguirla para llegar hasta su captor. De repente, aparecen los guardianes-monstruos de Kastchey y hacen prisionero a Iván, sin embargo, el príncipe agita la pluma que le entregó el pájaro de fuego, este acude en su ayuda y acaba hechizando los guardianes. Después, le revela a Iván el secreto de la inmortalidad de Kastchey: 'su alma está escondida en un huevo mágico dentro de un cofre'. Kastchey despierta, pero Iván ya se ha apoderado del huevo y lo estrella contra el suelo; el monstruo y todo su séquito desaparecen para siempre. Con el despertar de los caballeros petrificados, el príncipe y la princesa celebran su amor.
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El pájaro, como agradecimiento, le entrega una de sus plumas y le asegura que le servirá de protección y de ayuda. Poco después, el príncipe descubre la bella princesa Zarevna y se enamora. Pero Iván comprueba que se encuentra hechizada por Kastchey... por lo que decide seguirla para llegar hasta su captor. De repente, aparecen los guardianes-monstruos de Kastchey y hacen prisionero a Iván, sin embargo, el príncipe agita la pluma que le entregó el pájaro de fuego, este acude en su ayuda y acaba hechizando los guardianes. Después, le revela a Iván el secreto de la inmortalidad de Kastchey: 'su alma está escondida en un huevo mágico dentro de un cofre'. Kastchey despierta, pero Iván ya se ha apoderado del huevo y lo estrella contra el suelo; el monstruo y todo su séquito desaparecen para siempre. Con el despertar de los caballeros petrificados, el príncipe y la princesa celebran su amor.