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Las fiestas se acercaban y Papá Noel se dio cuenta de que uno de sus ayudantes todavía no tenía trabajo. Todavía quedaban muchos regalos por entregar: grandes, pequeños, de muchos colores o regalos sorpresa.
Así que el ayudante fue enviado a su primer reparto de regalos. “No demasiados de una vez”, pensó Papá Noel y sólo seleccionó una casa para hacer el reparto.  El trineo se elevó y el ayudante saltó sobre la chimenea. Pero aterrizó junto a ella en el tejado. Y sin detenerse rodó por el tejado y, a través de una claraboya, cayó dentro de una pequeña habitación.
Aturdido, el ayudante se levantó del suelo y se sacudió. Siempre había pensado que un cuarto de estar tendría un aspecto diferente. No había sofá ni televisión y la chimenea, por la que había caído, parecía extraña.
Y, ¿dónde estaba el árbol de Navidad? Allí es dónde el ayudante tenía que colocar los regalos. Qué diría Papá Noel si fallaba en su primera entrega de regalos.
El pequeño ayudante miró a su alrededor. No había árbol. Así que el ayudante buscó otro lugar en el que esconder los regalos que llevaba en su saco. Había un gran sillón – al menos algo que hacía recordar  a un cuarto de estar. Además había un pequeño armario, una cómoda y una pequeña caja con barrotes. No era un árbol, pero los regalos podían dejarse allí. Así que el ayudante acercó su saco a la extraña caja. Cogió un pequeño taburete y se subió a él para poder asomarse por encima de los barrotes.
Entonces se dio cuenta de que la caja no estaba vacía. Había un pequeño paquete envuelto en papel de regalo. El ayudante estaba completamente confundido. “Quizá Papá Noel me dio una dirección equivocada”, se dijo a sí mismo arrastrando el saco despacio hacia la puerta. “Esta familia ya tiene su regalo.”
Cuando la puerta se cerró detrás del ayudante, el pequeño paquete se movió en su cuna y el bebé gorjeó felizmente. El regalo se estaba despertando. Pero el ayudante ya no estaba allí para escucharle.
Sólo Papá Noel, que había observado al ayudante en su primer trabajo, sonrió por el error y rápidamente distribuyo él mismo los regalos antes de enviar al pequeño ayudante a su siguiente tarea.