Erase una vez una niña muy bonita. Su
madre le había hecho una capa roja y la
niña la llevaba tan a menudo que todo
el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un día , su madre le pidió que llevase unos
pasteles a su abuelita que vivía al otro lado del
bosque , recomendándole que no se
entretuviese en el camino , porque cruzar el
bosque era muy peligroso , ya que siempre
estaba acechando por allí el lobo.
Poser Pro 2012 & Photoshop CS5 Clica sobre la imagen para visualizar a tamaño real. |
Caperucita Roja recogió la cesta con los
pasteles y se puso en camino. La niña tenia
que atravesar el bosque para llegar a casa de
la Abuelita , pero no tenia miedo porque alli
siempre se encontraba con muchos amigos:
los pájaros, las ardillas...
De repente vio al lobo , que era enorme ,
delante de ella.
- ¿A donde vas , niña? - le pregunto el lobo
con su voz ronca.
- A casa de mi Abuelita - dijo Caperucita.
- No esta lejos - pensó el lobo para si,
dándose media vuelta.
Caperucita puso su cesta en la hierba y se
entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido
-pensó- , no tengo nada que temer. La abuelita
se pondrá muy contenta cuando la lleve un
hermoso ramo de flores ademas de los
pasteles.
Mientras , el lobo se fue a casa de la
Abuelita , llamo suavemente a la puerta y la
abuelita le abrió pensando que era su nieta
Caperucita. Un cazador que pasaba por allí
había observado la llegada del lobo.
El lobo devoro a la Abuelita y se puso su gorro rosa
se metio en la cama y cerro los ojos. No tuvo que
esperar mucho , ya que Caperucita Roja llego
enseguida , toda muy contenta.
La niña se acerco a la cama y vio que su abuela
estaba muy cambiada.
- Abuelita , abuelita , ¡que ojos mas grandes tienes!
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de
imitar la voz de la abuela.
- Abuelita , abuelita , ¡que orejas mas grandes
tienes!
- Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo.
- Abuelita , abuelita , ¡que dientes mas grandes
tienes!
- Son para...¡comerte mejoooor!- y diciendo esto,
el lobo malvado se abalanzo sobre Caperucita y la
devoro al igual que había hecho con la abuelita.
Mientras tanto, el cazador se había quedado
preocupado y creyendo adivinar las malas
intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver
si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió
ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al
lugar.
Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo
tumbado en la cama, dormido de tan harto que
estaba.
El cazador saco su cuchillo y rajo el vientre del
lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!.
Para castigar al malvado lobo , el cazador le lleno el
vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar.
Cuando el lobo despertó de su pesado sueño,
sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque
próximo para beber. Como las piedras pesaban
mucho, cayo en el estanque de cabeza y se
ahogo.
En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron
mas que un gran susto, pero Caperucita Roja
había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita
no hablar con ningún desconocido que se
encontrara en su camino. De ahora en adelante ,
seguiría los consejos de su Abuelita y de su Mama.